Flora
La flora en San Pedro de Atacama es notable por su adaptación a uno de los entornos más áridos y extremos del planeta y alberga varias especies endémicas que no se encuentran en otras partes del mundo. A pesar de las condiciones desafiantes, esta región presenta una diversidad de plantas resistentes, capaces de sobrevivir en condiciones de sequía extrema, en suelos salinos y alcalinos, característicos de la región. Muchas plantas han desarrollado adaptaciones como hojas pequeñas o ausencia de estas, para reducir la pérdida de agua por transpiración. Vemos también especies suculentas que tienen la capacidad para almacenar agua en sus tejidos. La cultura local atacameña ha aprovechado la flora como alimento, agricultura, pastoreo y usos medicinales tradicionales. Las especies de flora más destacada son:

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Algarrobo
(Prosopis chilensis)
Este árbol longevo de gran resistencia y versatilidad es fundamental en el paisaje de la zona y ha desempeñado un papel vital en la supervivencia de las comunidades atacameñas de estos oasis a lo largo de la historia El algarrobo es un árbol robusto y de hojas perennes que puede alcanzar alturas notables, a menudo superando los 10 metros. Su tronco es retorcido y rugoso, con una corteza resistente que le permite enfrentar las condiciones extremas del desierto. Sus ramas son largas y flexibles, tiene hojas muy pequeñas diseñadas para minimizar la pérdida de agua. Su impresionante capacidad para sobrevivir en el desierto es dada también por sus largas raíces que buscan agua y nitrógeno en las capas más subterráneas. Es común verlo florecer dos veces al año con espigas amarillas. También da frutos dos veces al año, aunque en menor cantidad en los meses de invierno. Su fruto es una vaina rica en nutrientes y fuente de alimento, utilizada para hacer harina, alimentar al ganado y para preparar Aloja atacameña, chicha popular que además de beberla en ceremonias o con fines recreativos, tiene propiedades medicinales para el estómago y los riñones. El algarrobo desempeña un papel crucial en el ecosistema de San Pedro de Atacama. Sus vainas y hojas caídas enriquecen el suelo y proporcionan alimento para la fauna local. Además, su sombra y refugio son esenciales para la supervivencia de muchas especies de la región.

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Chañar
(Geoffroea decorticans)
Árbol muy resistente, silvestre y de mediana altura, es una parte valiosa del ecosistema de la zona y ha desempeñado un papel significativo en la historia y la vida de las comunidades locales. Su distribución geográfica es en las regiones secas del centro y norte de Chile y Argentina (hasta el norte de la Patagonia). El chañar es un árbol de hoja caducas, pequeñas y compuestas, de altura moderada entre 3 y 10 metros como máximo. Sus raíces profundas le permiten acceder a las capas subterráneas de agua, mientras que su capacidad para reducir la pérdida de agua a través de sus hojas y su corteza contribuye a su supervivencia. Sus ramas extendidas y su copa proporcionan sombra en un entorno donde el sol es implacable. Es característico por su corteza gruesa, torcida, descascarada y rugosa, de color verde y cortezas amarillentas. La madera es utilizada para la construcción de la región y también para la fabricación de carbón. En primavera tiene flores amarillas en racimos que atraen a polinizadores como abejas y colibríes. Produce frutos comestibles, de color marrón y dulces, del tamaño de una aceituna, con la cual se prepara arrope, un jarabe medicinal para el sistema respiratorio.

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Tamarugo
(Prosopis tamarugo)
Árbol endémico originario de la primera región de Chile y también de la zona de San Pedro de Atacama. Este árbol resistente y singular ha logrado adaptarse a uno de los entornos más hostiles del planeta, el desierto de Atacama, a veces salinos y desempeña un papel fundamental en la conservación de este ecosistema único.,. Puede alcanzar alturas considerables de hasta 10 mt. con troncos de 1 mt. de diámetro. Su base generalmente se ramifica en varios troncos. Su fresca sombra proporciona refugio en parajes muy secos del Desierto de Atacama. Su follaje es de pequeñas hojas perennes adaptadas para enlentecer la pérdida de agua y posee angulosas ramas más delgadas con espinas de hasta 3 cm de longitud. Florece de un amarillo intenso y produce vainas de frutos que contienen semillas comestibles, las que son fuente de alimento proteico valioso para la fauna local, incluyendo aves, insectos y mamíferos. Además, sus raíces profundas que captan napas subterráneas de agua para sobrevivir ayudan a estabilizar el suelo y previenen la erosión, siendo utilizado como un árbol para forestar el desierto. Su madera se ha utilizado para la construcción de viviendas y cercas.

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Cojín de la Suegra
(Echinocactus grusonii)
El cactus cojín de la suegra es conocido por su forma esférica repleta de espinas largas, doradas o amarillas, que se asemeja a un cojín o una bola que a medida que va madurando, se vuelve más perfecta y compacta. Una vez al año en verano, produce flores de un amarillo intenso. Este cactus ha encontrado su lugar en la flora de los desiertos, como México, de donde es nativo y también en el Desierto de Atacama en Chile con un clima mucho más adverso. Tiene una gran resistencia para sobrevivir en entornos semiáridos, áridos, suelos pobres de nutrientes y también de sequía extrema, ya que almacena agua y alimento en su interior. Su belleza única y adaptabilidad, nos permite que esta joya de la botánica la encontremos en los lugares más inesperados y desafiantes de la naturaleza.

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Cactus cardón
(Echinopsis atacamensis / Trichocereus chiloensis ssp. atacamensis)
Este cactus es endémico del área altiplánica de la Cordillera de los Andes en Chile, Argentina y Bolivia. El cardón atacamensis es un cactus de gran tamaño, un tallo columnar que puede alcanzar alturas sorprendentes, superando los 6 metros. Su coloración varía desde un verde pálido hasta un tono grisáceo. Su tronco robusto, carnoso y espinoso se levanta como un pilar en medio del desierto, superando condiciones de sequía extrema ya que almacena agua en su interior y en espinas, permitiéndole mantenerse erguido durante largos períodos sin precipitaciones. Sus flores son blancas y fragantes, atrayendo a polinizadores y contribuyendo a la biodiversidad de la región. Las numerosas agujas espinosas tienen entre 4 y 14 centímetros de longitud y han sido utilizadas tradicionalmente para la confección de palillos para tejer y otros instrumentos. En las quebradas intermedias de la región de San Pedro de Atacama, es común observar bosques de estos majestuosos cactus que, en medio de la aridez del desierto, nos recuerdan la asombrosa diversidad de la vida en los lugares más desafiantes de nuestro planeta.

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Cola de zorro
(Cortadeira atacamensis)
La planta arbustiva «cola de zorro» es una de las especies vegetales más notables que se encuentran en la región de San Pedro de Atacama resaltando por la belleza de sus flores que asemejan la cola frondosa de un zorro y forman parte de los paisajes de la región, especialmente, en las quebradas intermedias. Existen muchas variedades en el mundo entero y esta crece en Chile desde la Región de Antofagasta a la Región del Maule. Es una planta perenne con hojas largas y angostas y bordes muy cortantes. Sus flores son compuestas, formadas por un racimo cuyos ejes laterales se ramifican de nuevo en forma de espiga (panoja femenina). Esta se caracteriza por ser sedosa y erguida, presentando una tonalidad violácea en su inicio, propia a la variedad atacamensis, que se torna de blanquecina a amarillenta cuando se seca. En condiciones desérticas extremas, esta planta es un testimonio de la asombrosa adaptación ya que sus cilíndricos tallos de tonalidad verde azulada están cubiertos de suaves espinas que le ayudan a reducir la pérdida de agua por transpiración y le brindan protección contra los herbívoros. La planta cola de zorro tiene importancia ecológica al proporcionar refugio y alimento para la fauna local. Insectos y pequeños herbívoros pueden encontrar sustento en sus hojas y flores.

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Llareta
(Azorella compacta)
Es una planta perenne, de crecimiento lento que se encuentra en las regiones altas y frías del altiplano de Chile, Bolivia, Perú y Argentina, entre los 3.200 a 4.800 m.s.n.m. Crece en suelos nutricionalmente pobres como laderas rocosas y también volcánicas. Presenta una singular forma que parece un cojín verde formado por pequeñas matas muy densas. Sus hojas son pequeñas, en forma de aguja, resinosas, las que se agrupan en rosetas de color verde intenso. Tiene inflorescencias terminales en forma de paraguas dadas por 5 pequeñas flores verde amarillentas, hermafroditas, que se auto polinizan gracias a la intervención de los insectos. La llareta es una de las plantas más longevas del mundo dado por su lento crecimiento y capacidad para conservar recursos en altitudes elevadas, donde las temperaturas son extremadamente frías y las condiciones climáticas desafiantes. Su densa estructura ayuda a mantener el calor del piso y retener la humedad, permitiéndole sobrevivir en estos entornos áridos y ventosos. La llareta se ha utilizado históricamente, por los antiguos pueblos originarios de Los Andes, como combustible para la calefacción y la cocción de alimentos debido a su capacidad para arder lentamente y mantener el calor. Estuvo en peligro de extinción y se ha atendido a su conservación.

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Paja brava
(Stipa ichu)
También llamada «paja de la puna” es una planta que se encuentra en áreas de gran altitud de la Cordillera de los Andes, especialmente en el altiplano andino y el desierto de Atacama, donde las condiciones climáticas son extremas y la vegetación es escasa. Es una planta gramínea que asemeja a un pasto alto, formando densos grupos de hojas rígidas, erectas, largas y delgadas, alcanzando alturas de hasta un metro. Su color amarillo anaranjado resalta ante la luminosidad del desierto y la altura conformando paisajes que destacan por su gran belleza y colorido. La paja brava es una planta que ha desarrollado adaptaciones para sobrevivir en altitudes elevadas. Puede soportar temperaturas frías y fuertes vientos, lo que la hace adecuada para el altiplano. A pesar de su apariencia tiene un valor ecológico importante ya que sus densos grupos proporcionan refugio para la fauna local y ayudan a estabilizar el suelo, reduciendo la erosión en estas áreas expuestas. En algunas comunidades del altiplano de Chile y otros países andinos, la paja brava ha sido utilizada históricamente para la preparación del adobe, la construcción de techos y otros objetos artesanales.

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Pingo pingo
(Ephedra chilensis)
Arbusto nativo que se distribuye en Chile desde la Región de Arica y Parinacota a la Región de Coquimbo. Crece en condiciones de humedad costera y también en zonas muy áridas con escasa precipitación, entre los 500 y 4.300 m.s.n.m. Por eso forma parte de la flora en torno a San Pedro de Atacama. Es una planta perenne que crece en forma de arbusto ramoso de 30 a 120 cm de altura, con ramas verdes, delgadas y apicales (con nuditos) de 1 mm de diámetro y de 4 cm de largo aproximadamente formando entrenudos desde donde nacen hojas reducidas a pequeñas escamas englobadas que se encuentran en las articulaciones de los tallos. Estas hojas son rudimentarias, suculentas y resinosas. En la medicina popular de la región y de los antiguos poblados andinos, también los atacameños, la planta se considera depurativa y se usan sus ramas para tratar diversas afecciones como problemas respiratorios, fiebre y afecciones gastrointestinales. Contiene alcaloides que pueden tener propiedades estimulantes y broncodilatadoras. Hoy en día su decocción tiene propiedades reconocidas por ser fuente de compuestos antibacterianos, antiinflamatorios y antioxidantes complejos, que también combaten el cáncer.

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Rica rica
(Acantholippia desertícola)
Aromático arbusto endémico de Chile, que crece en el altiplano de los Andes en laderas y terrenos rocosos. Es una planta perenne de 50 cm a 1 mt. de altura aproximada. La Rica rica se caracteriza por presentar densas ramas cilíndricas, lineales, muy rígidas y de corteza dura. Estas se cubren de pequeñas hojas que tienen espinas en sus bordes. Las hojas son de aspecto globoso y de color verde claro, casi amarillento, las que se deprenden con facilidad. En octubre aparecen sus flores que van del color blanco al suave violeta, las que se agrupan en inflorescencias. Las flores y hojas tienen un aroma agradable que atrae mucho a polinizadores como las abejas. Es recolectada cuidadosamente a mano para preservar su delicada hoja que se desgrana con facilidad, la cual es rica en aceites esenciales, utilizada en diversos preparados medicinales, aromáticos, gastronómicos o cócteles, por su exótico aroma y sabor. La Rica rica ha sido utilizada como infusión en la medicina tradicional de las comunidades atacameñas de la región para aliviar trastornos gastrointestinales, dolor de estómago, diarrea y malestar producido por las comidas pesadas. También se han utilizado con fines medicinales bebiéndose en infusión contra el dolor de estómago. Se emplea en la diarrea y el malestar producido por las comidas pesadas. Su capacidad para sobrevivir en entornos áridos la convierte en un ejemplo de la adaptación de la flora a condiciones desafiantes. La conservación de la rica es esencial para preservar tanto sus valores culturales como su singularidad en el ecosistema.